Se trata de una técnica de serigrafía en la que utilizamos partículas flúor de tamaño muy pequeñas con los que se podemos llegar a obtener estampados con serigrafías muy luminosas y llamativas.
Por ejemplo, una tinta convencional es capaz de reflejar un máximo de 90% de color y, en cambio, un color fluorescente puede llegar a reflejar entre un 200% a 300%